Con motivo del final del trimestre y teniendo en cuenta que la evaluación que suelo realizar de mis alumnos/as está en base al desarrollo que en ellos mismos voy observando a lo largo de todo el trimestre con las anotaciones que suelo hacer en mi "Cuaderno de la maestra", suelo anotar: la motivación que tienen, si suelen atender en las asambleas y explicaciones que se dan (mías o de otros compañeros/as), si participan aportando ideas, si traen y realizan las actividades de casa, el entendimiento que tienen a la hora de afrontar una actividad, la autonomía en las tareas y la autonomía cognitiva para desenvolverse y actuar coherentemente, y otros muchos aspectos que me parece un poco absurdo seguir enlistando.
El caso es que en una asamblea les comenté que quería conocer el grado de conocimientos que sobre el Proyecto del Universo, que hemos trabajado, han finalmente adquirido y que para ello había pensado hacer una serie de preguntas y los iba a ir llamando para charlar individualmente y hacerles dichas preguntas.
Rápidamente algunas (que tiene hermanas mayores) comentaron que eso que les iba a hacer era un exámen, -dios rápidamente les dije que no-, que se trataba de una charla con una serie de preguntas y que si no las sabían no pasaba nada. Muchos se pusieron nerviosos y otros se emocionaron, un flujo de sensaciones extrañas me invadieron ante una situación que no me terminaba de gustar, pero decidí continuar para ver qué conseguía.
Les propuse que si querían ellos mismos me podían ayudar a elaborar las preguntas a realizarles. Algunos no comprendieron que era una pregunta, otros comenzaron a decir lo que habían aprendido como el nombre de los planetas, otros quisieron abordar el tema haciendo una lista oral de lo trabajado. Un cierto caos cognitivo comenzó a invadir la asamblea, pero lo mejor es que la gran mayoría tenía cosas que aportar, me encantan que sientan que sus aportaciones son bien recibidas y por ello tienden a hacerlas.
En fin, comencé diciéndoles un ejemplo de pregunta a realizar, rápidamente algunos corrieron a responderlas y se decepcionaron cuando les dije que no me interesaba la respuesta, si la conocían o no, que simplemente quería preguntas sobre lo que habíamos aprendido.
Muchos empezaron a comprender el proceso, y con mi ayuda en algunos casos, en otros no, se fueron elaborando las preguntas con el siguiente resultado:
- ¿Cómo se llaman las rocas que se desplazan por el espacio?
- ¿Cuál es el planeta más gigante?
- ¿Sabes las capas del Planeta Tierra?
- El nombre de uno de los dos astronautas estudiados.
- ¿Cómo se llama la Nave Espacial de Neil Armstrong?
- ¿Cómo se llama el cinturón que está en medio de Marte y Júpiter?
- ¿Cómo se formo el Sol?
- ¿Cuántos planetas hay?
- ¿Cómo se formo la Tierra?
- ¿De qué están hechos los planetas del Sistema Solar?
- Di el nombre del planeta con anillos.
- ¿Cómo se llaman las rocas que chcoan con la atmósfera?
07 diciembre, 2010
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Me encanta que haya maestras que sigan con tanta ilusión como estamos empezando muchas, y que además compartan sus ideas.
ResponderEliminar¡El clima de asamblea de que hablas me parece fabuloso! Ojalá todos los niños tuviesen profesoras así. Enhorabuena.
Lo más curioso es que dudaran de qué era una pregunta... a los niños les hacemos muchas preguntas pero no les enseñamos a hacer preguntas... esa línea de trabajo/investigación me parece muy interesante!!! ¿no?
ResponderEliminarEsto fue muy interesante. Me encantó la lectura
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